La mano de dios

Una de las muchas canciones inspiradas en el mito del fútbol Diego Armando Maradona y más concretamente en el momento más recordado de su carrera: el primer gol que anotó, con ayuda de la mano, durante la semifinal que Argentina disputó ante Inglaterra en el Mundial de Mexico 1986; fue el 22 de junio en el Estadio Azteca. Maradona pondría el colofón al Mundial anotando uno de los mejores goles de la historia de los Mundiales en un slalom imparable regateando a medio equipo inglés.

La canción es obra de Rodrigo Alejandro Bueno (24 de mayo de 1973, Córdoba – 24 de junio de 2000, Berazategui, Buenos Aires) un compositor y cantante que cultivó varios estilos musicales como el cuarteto (del que él fue destacado embajador), la salsa y el merengue. Más conocido como El Potro Rodrigo, su muerte a los 27 años –en un accidente de circulación- en lo más alto de su éxito lo encumbró al olimpo de los mitos de la música que tuvieron un final escabroso con la misma edad. La lista la forman personajes tan conocidos como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Kurt Cobain o Brian Jones.

El bueno de Rodrigo hace un repaso de la trayectoria del “pelusa” en una canción sencilla y pegadiza que ha sido tarareada mil y una veces y que hace honor al futbolista que homenajea, un deportista inclasificable tanto en su genialidad con el balón en los pies como con sus mil y una peripecias extradeportivas.

La canción también tiene su leyenda, ya que la compuso en el año 1999 poco después de conocer personalmente a su ídolo y poco antes de anunciar su retirada del panorama musical para dedicarse a la producción.

Como homenaje a Rodrigo, el propio Maradona durante la emisión del último programa “La noche del 10” del año 2005 desde el Luna Park (lugar en el que se consagró definitivamente), reunió a los cantantes Fabi Cantilo, Alejandro Lerner, Airbag, Marcela Morelo, Los Nocheros, Vicentico, Luciano Pereyra, que interpretaron el tema en directo.

Letra

En una villa nació, fue deseo de Dios,

crecer y sobrevivir a la humilde expresión.

Enfrentar la adversidad

con afán de ganarse a cada paso la vida.

En un potrero forjó una zurda inmortal

con experiencia sedienta ambición de llegar.

De cebollita soñaba jugar un Mundial

y consagrarse en Primera,

tal vez jugando pudiera a su familia ayudar…

A poco que debutó

«Maradó, Maradó»,

la 12 fue quien coreó

«Maradó, Maradó».

Su sueño tenía una estrella

llena de gol y gambetas…

y todo el pueblo cantó:

«Maradó, Maradó»,

nació la mano de Dios,

«Maradó, Maradó».

Sembró alegría en el pueblo,

regó de gloria este suelo…

Carga una cruz en los hombros por ser el mejor,

por no venderse jamás al poder enfrentó.

Curiosa debilidad, si Jesús tropezó,

por qué él no habría de hacerlo.

La fama le presentó una blanca mujer

de misterioso sabor y prohibido placer,

que lo hizo adicto al deseo de usarla otra vez

involucrando su vida.

Y es un partido que un día el Diego está por ganar…

A poco que debutó

«Maradó, Maradó»,

la 12 fue quien coreó

«Maradó, Maradó».

Su sueño tenía una estrella

llena de gol y gambetas…

y todo el pueblo cantó:

«Maradó, Maradó»,

nació la mano de Dios,

«Maradó, Maradó».

Sembró alegría en el pueblo,

regó de gloria este suelo…

Olé, olé, olé, olé, Diego, Diego.



pimendez

Hijo de la derrota y el alcohol, sobrino del dolor, primo hermano de la necesidad

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.