Crónica Super Bowl XLIX: Los New England Patriots son eternos

sb49000New England Patriots 28 – 24 Seattle Seahawks

Tom Brady y los New England Patriots son los nuevos campeones de la NFL. Su cuarto anillo en seis finales con Bill Belichick en el banquillo y de la mano del propietario Robert Kraft. También el cuarto anillo de Tom Brady (igualando a Joe Montana y Terry Bradshaw), nombrado MVP de la final (tercero de su carrera), en lo que debiera ser el empujón definitivo para elevarlo a la categoría de leyenda viviente, más allá de opiniones y gustos personales o consideraciones sobre el lugar que ocupa entre los mejores de la historia. En términos generales, los Pats hicieron más por ganar el partido que sus rivales, si bien, en los minutos finales, cuando la locura se desató en el campo, la balanza que otras veces se mostró injusta con New England cayó de su lado. Bien por errores imperdonables de Seattle, bien por llevar la victoria hasta estos extremos, los Patriots son dignos vencedores de una Super Bowl emocionantísima cuyo final, digno de la mejor literatura de suspense, ya forma parte de la historia dorada de la NFL.

sb4902Esta Super Bowl venía marcada por la igualdad. Podías haber leído, visto o escuchado todo tipo de análisis que toda opinión en favor de uno u otro tenía sentido. Reconozco que de todas las SB de los últimos años, esta era, sin duda, la más complicada de pronosticar. Es por ello que cuando el partido llevaba un par de jugadas se vio que lo vivido en las finales de Conferencia seguiría vigente. New England intentó correr con Blount como primera opción sin mayores complicaciones que pases muy escogidos a Gronkowski y a un reaparecido Amendola. Seattle recogió el testigo de los primeros tres y fuera con la misma estrategia: Lynch como ariete del ataque frente a la posibilidad de Wilson usando la «option» como posibilidad en la recámara. Parecía que los problemas de los Seahawks para hacer mover las cadenas, presentes y evidentes en la final contra los Packers, se reproducían en la gran final. Esta tensa calma se mantuvo hasta que Brady, en una mala decisión tras un drive largo y equilibrado, lanzaba un balón al medio de la end zone para su primera intercepción.

Desde el 0-0 con el que llegamos al final del primer cuarto hasta el descanso cada equipo no se alejó un ápice de su hoja de ruta. Los Pats abrieron el juego de pase sin arriesgar demasiado. Edelman, Gronko y LaFell empezaron a recibir en rutas cortas, hasta Shane Vereen aportaba más yardas con sus recepciones que con la carrera. El número de envío de Brady empezaba a dispararse. Precisamente un balón lanzado a Brandon LaFell rompía el resultado inicial. Por su parte, Seattle insistía con Lynch, no obstante, la defensa contra la carrera planteada por los Patriots forzaba a Lynch a pelear cada yarda. Otro RB se hubiera estrellado a las primeras de cambio pero la facilidad de Beast Mode para romper placajes y avanzar cuando parece que ya está en el suelo mantuvo con vida a su equipo en más de un drive. El mismo Lynch anotaba un TD para volver al empate original. Nada alteró los planes de Belichick y en otro drive sostenido, los Patriots encontraron a Gronkowski para volver a poner la diferencia en 7.

sb4901El balón volvió a manos de los Seahawks con menos de un minuto en el reloj. En ese poco tiempo, el ataque de Seattle fue capaz de volver a empatar el encuentro gracias a la recepción de Chris Matthews, un desconocido que tuvo el privilegio de completar el primer pase de su carrera en un escenario como la Super Bowl. Muchos compartíamos la sensación de la final de Conferencia en la que los Seahawks no habían hecho nada en ataque hasta los momentos finales, y que gracias a la defensa se habían mantenido vivos hasta el descanso. Si bien, contra los Packers la sensación era que Green Bay los había dejado mantenerse con vida, durante la Super Bowl daba la sensación que en un par de jugadas había maquillado una primera parte bastante deficiente en número de jugadas y primeros downs.

Una de las historias que se quedarán por el camino es la de Chris Matthews. Fichado a comienzos de febrero para formar parte del practice squad, no había recibido un pase en partido oficial. Una de tantas Cenicientas que aparecen de la nada de un día para otro. Se podría esperar que Belichick se sacara alguna baza de la manga pero fue en este caso Carroll quien sorprendió a todos, Patriots incluidos, con este receptor que el pasado verano trabajaba en una tienda de calzado deportivo. Un más que posible MVP fallido cuyo partido estuvo a punto de desquiciar a la secundaria de New England.

sb4905Con la igualdad a 14 nos ibamos al Halftime Show. La Super Bowl tiene muchas cosas, una de ellas, es que todos no convertimos en expertos consumados en música, escenografía, canto; así como, en conocedores de las últimas tendencias en vestuario, peluquería y demás. No voy  ser menos y me voy en «Maruja Mode». Y debo decir que se cumplieron mis expectativas, intuyendo más o menos lo que iba a ver: mucha infraestructura (con lo del léon no dejo alguno de recordarme que es lo más parecido a un Detroit Lion que se ha visto por una Super Bowl), mucho artificio, mucho delfín (no estaba Marino claro), mucha palmera de mirada sospechosa,etc…; mucha parafernalia, pero poquita música y menos voz. Dicen que estaba Lenny Kravitz, yo estaba comiendo y lo vi de pasada (no está mal el sueldo que debe haber cobrado para 30 segundo haciendo el chorra cantando una canción que no es ni suya). Dicen que estaba una tal Missy Elliott; no conozco. Habrá a quien le haya gustado, habrá a quien no. Lo que está claro es que este tipo de espectáculos se viven de otra manera dentro de un estadio, porque la sensación desde el sofá es muy distinta, y este año fue desde impactante (león) a ridícula (en la playa con los delfines solo faltaba Homer cantando el Honey Honey). Creo que aparte de gustos personales, la NFL tiene un problema a la hora de definir que clase de público quiere atraer y por ello cada año pega un cambio radical al elegir desde a viejas glorias del rock clásico a ídolos poperos. Quizá debería mirarse en el espejo de la NBA que parece bien fijado el estilo hip-hop o rap que se asocia con la amplia mayoría de sus aficionados, lo que no impide que en algún All-Star aparezcan por el escenario personajillos de lo más lamentables.

sb4903Volviendo al football. La reanudación sentó mejor de los esperado a Seattle, que a lo largo del cuarto, fue sentando las bases para encarrilar el partido. Wilson empezó a sentirse más cómodo, lo que le ayudó a escaparse del pocket y encontrar a sus receptores. Los puntos de los Seahawks llegaron con un field goal y la única recepción del partido para Doug Baldwin en forma de TD. La cosa se ponía fea para los Pats con la segunda intercepción de Brady a manos de un hiperactivo Bobby Wagner (14-24 para Seattle).

Pero con la llegada del último cuarto todo cambió. La reacción de los Patriots no tardó mucho en hacerse una realidad. Hay que tener en cuenta que la defensa de los Seahawks empezó a dar señales de fatiga lo que sumado a la baja de Cliff Avril se tradujo en mejores situaciones para Brady. El recital de pases del QB (récord de la historia de la SB) encontró en Amendola primero (21-24 para Seattle) y luego con Edelman (el 28-24 definitivo). La dupla Brady-Edelman dieron un paso al frente para liderar al equipo y consiguieron aplacar el ímpetu de los Seahawks, que pasaron de tener a su rival casi noqueado a tener que anotar un TD con 2:02 minutos para el final. Algo que se antojaba bien difícil viendo la poca efectividad de la ofensiva de Seattle, pero siempre con la amenaza del big play acechando.

sb4904En la primera jugada de Seahawks, Lynch se escapa por la banda y logra atrapar un balón para poner a los suyos en medio campo. Se empezaba a mascar la tragedia para los Pats y se cumplió en un lanzamiento a Jermaine Kearse que de forma milagrosa rebota en su cuerpo para luego rebotar en las piernas y caerle en las manos, todo mientras un DB de New England vuela por encima del WR sin tocarlo. A Brady en la banda se le blanqueó el rostro. Los fantasmas volvían. Otra recepción imposible (Tyree y Manningham) le dejaba a puertas de perder su tercera Super Bowl consecutiva. Nadie se lo podía creer. Seattle lo tenía bajo control: 20 segundos en el reloj, pegado a la line goal y dos tiempos muertos. Casi estaba hecho. Lo previsible, lógico, esperable, evidente y racional, era dar el balón a Lynch para intentar anotar en la siguiente jugada, más aún cuando Belichick a la desesperada ni había pedido timeout para dejarse una opción remota de ganarlo en los últimos segundos. Pues en estas, Carroll (imagino que habrá más u otros responsables pero sin saber los detalles hay que darle a Carroll) canta una jugada de pase.

Lo que los Pats habían perdido de forma milagrosa lo ganaron de la misma manera. La peor decisión posible fue la causa. Wilson busca un pase corto en medio de un montón de jugadores sobre Ricardo Lockette que estaba defendido por Butler, un novato en la secundaria de New England. El rookie anticipó el movimiento del QB y buscó el contacto. El balón cayó en sus manos. Desde ese momento, aficionados, jugadores y los propios Seahawks no acaban de entender que acaba de pasar. Con Lynch en el campo al lado de la línea para anotar y con esa situación en el reloj, ¿cómo se explica esa decisión? Lo que está claro y es automático es que esa decisión vale una Super Bowl. Solo quedaba cerrar la final pero los Pats estaban demasiado cerca de su propia end zone. La frustración se cebó con algunos jugadores defensivos de los Seahawks que regalaron una penalización con tangana incluida. Lo que necesitaban los Patriots para poner rodilla en tierra y volver a la cima de la NFL, porque como dice la canción, y a pesar de que otros equipos han ganado en estos años, los Patriots siguen siendo los reyes y no tienen previsto dejarlo aquí. Suma y sigue.



Iván "Pireo"

Deportista, espectador y aficionado. Amante de cualquier competición y del deporte americano en particular. Resignado pero orgulloso seguidor de los Detroit Lions, Indiana Pacers, Seattle Mariners y Toronto Maple Leafs. Death Valley siempre será la casa de LSU y sus Fighting Tigers. Escribo en sportsmadeinusa.com. Editor y miembro del equipo de bloginterference.com

4 Respuestas

  1. cientifico_puro dice:

    No se puede describir el partido mejor. Enhorabuena por tu escrito Pireo! Desde luego fue un partido a la altura de las circunstancias, y que cumplió con lo mínimo que se le pide a estas ocasiones:emoción. Pero lo mejor ha sido disfrutarlo al lado de 3 cracks, que hacen que aprender este deporte sea lo más divertido del mundo. Estrella Solitaria, Moucho y Pireo; a sus pies.

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