Super Bowl XLVIII, ya está aquí
178 días, 4272 horas, 256.320 minutos, 15.379.200 segundos y 586 partidos han pasado desde aquel 8 de agosto en que la temporada 2013 daba el pistoletazo de salida con el primer partido de pretemporada. Parece que fue ayer, pero para los que amamos este deporte, se nos ha pasado volando como siempre y ahora nos encontramos a tan solo unos pocos días del gran acontecimiento del año, del evento que paraliza a toda una nación, de ese día que los seguidores de la NFL en España vivimos hasta altas horas de la madrugada sin importarnos cómo demonios vamos a conseguir levantarnos a la mañana siguiente, después de una noche en vela. Ese día que cada jugador de la NFL sueña con poder vivir in situ, pero que el cruel destino solo permite a dos franquicias el saborearlo. Sí, ese día es el 2 de febrero, el día de la ¡SUPER BOWL!
Y este año, en mi modesta opinión, la banca no ha saltado por primera vez en muchos años. No se han roto todos los pronósticos, sino que dos equipos, que desde el primer día apuntaban a campeones, han sabido sobreponerse a toda clase de contratiempos, y han alcanzado la gloria. Seattle y Denver se verán las caras el próximo domingo y, dentro de mis limitados conocimientos, voy a hablar de lo que creo que puede suceder en esa gran final.
Para empezar, a estas alturas todos sabemos que gracias a nuestro querido colega Goodell, esta edición se va a disputar en Nueva York, es decir, el paraíso mismo, el clima idóneo para tamaño acontecimiento. He leído en algún sitio que para ese día se preven unas temperaturas a la hora del partido de entre -10 y -15 grados, o sea, que si nos atenemos a estos datos, los Halcones parten con ventaja. Por todos son conocidos los problemas de Manning cuando tiene que usar guantes. Pierde tacto con el balón y el juego de Denver depende en gran medida de su efectividad por aire. Otra cuestión a tener en cuenta es, si solo se limitará a hacer frío o si además, el dios Eolo nos obsequiará con un vendaval que puede perjudicar aún más a un físicamente limitado QB de los Broncos, puesto que ya no tiene la potencia de brazo de antaño.
Ahora pasemos a hablar de los Broncos. En cuanto a los pros, la pléyade de figuras que Elway a puesto a disposición de Peyton para que el juego de pase funcione (los Welker, Dekker y Thomas) son razones más que convincentes para que el rival se eche a temblar si tienen el día, y con ese Quarterback es difícil no tenerlo. Eso, sumado a la irrupción del rookie Ball y de un resucitado Moreno en el juego de carrera (probablemente gracias a que ahora las defensas se tienen que centrar más en parar a los receptores), hacen de la ofensiva de Denver la mejor de la liga, sin ningún lugar a dudas, máxime aún si tomamos a consideración esos pequeños factores que parece que no cuentan y que, sin embargo, son importantes en el devenir de un partido: holdings no pitados a la línea ofensiva, bloqueos ilegales a la defensa contraria que los cebras nunca ven, la clase de danza e interpretación que Manning interpreta en cada jugada antes de poner el balón en juego sin que le piten ningún false start… Son detalles que ayudan todavía más a este ataque, que ya de por sí es mortífero.
En los contras de Denver, yo pondría sobre todo dos. El primero, la salud de Peyton. ¿Se ha estado reservando todo el año? ¿Es capaz aún de mandar pases profundos con la suficiente potencia para que no se le queden cortos? Yo creo que no. La segunda cuestión es la defensa de Denver. Miller era el jefe y alma máter y, sin él, la verdad es que por el momento en play offs la defensa no se ha mostrado tan débil como, a priori, se podía temer. Yo creo que hay que tener en cuenta que ni San Diego, ni los Patriots se presentaron a jugar hasta el último cuarto de sus respectivos partidos. Creo que el buen hacer defensivo de Denver ha sido más producto de la inutilidad atacante del rival, que virtud propia, y Seattle no va a ser una perita en dulce precisamente. Creo que Lynch les puede hacer un roto, y Wilson contra San Francisco sufrió mucho. Sin embargo, no veo yo a los linebackers de Denver siendo capaces de abrirse y cerrar las rutas de escape hacia los lados de Wilson, como tan bien hicieron la semana pasada los mineros.
Los pros por parte de Seattle, diría que son básicamente su defensa y Marshawn Lynch. Creo que la final va a ver a dos equipos antagónicos: el mejor ataque contra la mejor defensa. Se dice que los ataques ganan partidos y las defensas campeonatos, y la de Seahawks ha sido este año la mejor, en mi opinión, junto con la de 49ers y Carolina. Sin duda, va a ser su principal baza para ganar el partido e intentar minimizar el todopoderoso ataque de Denver.
Me la voy a jugar. Creo que a esta defensa se le podía atragantar más el ataque de San Francisco, que el de Broncos y la razón es, por lo que vimos la semana pasada, un Kaepernick que los masacró corriendo, hasta que no sé muy bien por qué, decidió disfrazarse de Manning y empezar a pasar, con resultados nefastos. En cambio, con Manning, Seattle sabe que no se va a tener que preocupar porque el QB eche a correr, y eso les limita el trabajo para parar el juego de carrera rival y, sobre todo, para detener el juego aéreo rival. Me parece que, como ya demostraron contra los Saints, están más que capacitados para ello, con un Sherman anulando uno de los lados del campo y con un Chancellor y un Thomas apoyando a los linebackers. Sobre todo este último que, a priori, sin el riesgo de que Manning pase muchas veces en profundo, aprovechará para adelantar mucho su posición y reforzar la cobertura tanto de carrera, como de los típicos pases en corto de Peyton. Por último, no debemos olvidar que la línea defensiva de los Seahawks no acostumbra a dar demsiado tiempo para pensar al mariscal del campo rival.
En lo que se refiere a Lynch, qué vamos a decir que no sepamos. Cuando se pone en modo bestia, no hay quien lo pare, y cuando el ataque está más atascado, siempre aparece para darles vida. No veo yo a la defensa de Denver frenando a Marshawn.
En los contras de Seattle, yo diría que el principal de los problemas es conseguir anotar, ya que su juego al pase es un tanto deficiente. Tate, Baldwin, Kearse y Miller hacen lo que pueden, pero por ahí los Seahawks pueden sufrir y se les puede escapar el título, sobre todo si no logran recuperar para la final a Harvin, el fichaje del año para el equipo, que por lesiones solo ha jugado dos partidos en toda la temporada. Harvin podría rentablilizar de manera más que suficiente su traspaso si juega en la final y aporta lo que el equipo necesita para que Wilson pueda establacer el juego de pase, y no se vuelva tan previsible su juego de carrera. Otro aspecto negativo creo que es la mala costumbre que ha cogido Rusell Wilson de abandonar constantemente el pocket y pasar siempre en carrera. Tiene que aprender a fijar más su posición y no huir de manera recurrente, aunque también hay que señalar que muchas veces lo hace obligado por la bastante débil línea ofensiva que lo protege, sobre todo por el lado de Giacomini, que a mí me parece un coladero. Además, no para de cometer penalizaciones y esto puede suponer un gran problema en el devenir del encuentro para los Halcones marinos, si no logran dar tiempo a su QB.
En resumen, creo que Seattle ganará por poco un muy igualado partido. Para mí las claves serán, principalmente, que juegue Percy Harvin y que haga frío, para que los de Washington puedan vencer. Denver deberá apelar a la experiencia de Peyton frente a unos bisoños rivales, que no tienen en plantilla a ningún jugador que haya disputado una Super Bowl. Otro aspecto clave será el criterio arbitral, porque me espero a unos Seahawks jugando con mucha dureza al límite del reglamento. Espero que no se amilanen si al principio les caen penalizaciones porque, de hacerlo, las cosas se les pondrían muy feas a los chicos de Pete, quienes deben morir con sus ideales y plantear un partido duro ante un rival que, probablemente, gozará como siempre de concesiones arbitrales «made in Manning».