Arvydas Sabonis, un grande en todos los sentidos

Arvydas Sabonis era un grande en todos los sentidos. Con sus 2,20 metros de altura consiguió, nada más y nada menos que, 3 copas y 5 ligas con los distintos clubes en los que militó y 8 medallas con su selección, la lituana.

En su ciudad comenzó su carrera. Con el Zhalguiris Kaunas ganó las tres ligas en las que participó y debutó con la selección absoluta de la URSS. Su brillantez y su juventud llamó la atención al otro lado del charco y el Portland Trail Blazers le ofreció un puesto para jugar en la NBA. Sin embargo, motivos extradeportivos imposibilitaron el fichaje.

Si algo lastro, un poco, su carrera fueron las lesiones. El talón de Aquiles empezó a darle problemas y cuando todos pensaban que su rendimiento había bajado sorprendió con la selección proclamándose campeón olímpico y fichando por el Fórum de Valladolid.

La operación fue beneficiosa para ambos, Sabonis recuperó su físico y el Fórum alcanzó una de sus mejores posiciones en la Liga ACB y consiguió la clasificación para la Copa Korac. Tres años después el Real Madrid se interesó en él y el pívot abandonó el equipo pucelano para aterrizar en la capital.

El Madrid necesitaba recuperar la hegemonía que le habían arrebatado Barça y Joventut y Arvydas fue la pieza clave. Fue protagonista en las dos Ligas y la Copa que se consiguieron durante sus dos primeros años allí. Pero la cosa no terminó ahí, en su tercer y último año se proclamaron campeones de la Copa de Europa.

 

Y después de años de espera los Blazers por fin se hicieron con sus servicios. Aunque ya no en la mejor etapa de su trayectoria. Esa es una espina clavada de todos los aficionados que, a menudo, se preguntan qué habría pasado.

Sin embargo, como es costumbre en quienes empiezan en el club de sus vidas, volvió a él para retirarse. A sus 39 años ganó el MVP en temporada regular antes de retirarse. Pero su vinculación al Zalgiris Kaunas no acabó ahí, ya que se convirtió en accionista.

La leyenda de Sabonis es alargada, en 2011 ingresó en el Salón de la Fama de Baloncesto. Y en su casa, en Kaunas, retiraron su camiseta con el dorsal 11. Homenajes solo a la altura de unos pocos elegidos, y Arvydas Sabonis es, sin duda, uno de ellos.



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