El milagro de Javier Fernández
El pasado 28 de marzo, sucedió uno de esos acontecimientos que pasarán a la historia del deporte español; un español que responde al nombre de Javier Fernández, se proclamaba Campeón del Mundo de Patinaje Artístico sobre hielo.
No se me ocurre que ejemplo poner para que os deis cuenta de lo que esto significa, quizás como este es un país futbolero, diría que es lo mismo que si el Eibar ganara la liga española; en España apenas existen una decena pistas de hielo, en cualquier país de élite en deportes de invierno, esas pistas las tienen solo en una ciudad y probablemente más.
Este madrileño nacido en 1991 cogió por primera vez unos patines a la edad de 6 años, gracias a que su hermana mayor se dedicaba profesionalmente al patinaje, un día acudió a un entrenamiento de la hermana y se puso unos patines, ya nunca los dejaría. Su hermana Laura llegó a competir en europeos y mundiales, pero el patinaje no es un deporte barato y quizás viendo que en España no había infraestructuras ni ayudas suficientes, decidió colgar los patines, algo que no ocurriría con Javier, el muchacho se lo empezó a tomar cada vez más en serio, en una pista de Aluche que ni tan siquiera tenía las medidas reglamentarias, pero eso no importaba, el chaval tenía un talento innato.
Gracias a la ayuda del padre de un compañero de colegio, que ayudó a la familia a sufragar los gastos, Javier se trasladó a una pista de Majadahonda donde entrenaba en horarios intempestivos para un niño, pero era lo que había. El niño poco a poco comenzó a despuntar a nivel nacional y por fin llegó la hora de competir en un campeonato europeo, era el 2007 y finalizó decimoséptimo, poco después disputaba el Mundial, donde no paso del programa corto.
Pero esa temporada 2007-2008 le valió para darse a conocer y el ex patinador ruso Nikolái Morozov, le propuso viajar a Nueva Jersey para entrenarse con su equipo técnico, Javier dudó, tenía solo 17 años y además no hablaba una sola palabra de ingles, pero finalmente aceptó la oferta y poco a poco comenzó a progresar. En 2010 finalizó decimocuarto en los Juegos Olímpicos de Vancouver, era el primer español que participaba en esta disciplina en unas Olimpiadas desde 1956 y en 2011 terminaba el Campeonato del Mundo en décimo lugar, la mejor clasificación de la historia de un patinador español.
Pero tras concluir la temporada, Javier decidía dejar a Morozov, el español no se acababa de aclimatar a las durísimas y exigentes sesiones de entrenamiento del ruso y aceptaba la oferta del ex patinador Brian Orser, para irse a entrenar con el a Toronto.
Si con Morozov ya se habían visto progresos, que decir con el mítico entrenador canadiense, Brian logró inculcarle a Javier la idea de que si quería ser alguien, tendría que empezar a esforzarse de veras y dedicarse en cuerpo y alma al patinaje. Javier empezó a entrenarse con más ganas y obtuvo el premio de ganar la medalla de bronce en el Grand Prix del 2011, sin embargo tanto en el Europeo como en el Mundial, cometió errores en el programa libre que le privaron de luchar por el podium.
La temporada 2012-2013 fue la de su confirmación definitiva, finalizó cuarto el Grand Prix, pero hacía historia ganando el Europeo y terminando tercero el Mundial; un año después mostraba su tremenda irregularidad, (el gran talón de aquiles hasta el día de hoy de Javier, tanto realiza un programa sublime, como empieza a fallar como una escopeta de feria), primero no se clasificaba para la final del Grand Prix, pero sin embargo revalidaba el título europeo y en las Olimpiadas de Sochi terminaba cuarto a escasa distancia de la medalla de bronce, tras fallar en el programa libre; un bronce que si se llevaría en el Campeonato del Mundo, el segundo consecutivo.
Y por fin llegamos a la presente campaña, Javier quería alargar su leyenda tratando de vencer el Grand Prix que por vez primera se celebraba en España, en concreto en Barcelona, pero de nuevo Javier fallaba en el programa corto y finalizaba quinto, sin embargo sin nada que perder, realizaba un gran programa largo y se llevaba la medalla de plata, por detrás de su amigo y compañero de entrenamientos en Toronto, el campeón olímpico y mundial Yuzuru Hanyu. Semanas después demostraba que en Europa no tiene rival y se anotaba el tercer europeo consecutivo, faltaba solo el Mundial, ese Mundial donde ya tenía un bronce, pero Javi aspiraba al menos a la plata, pues Hanyu parecía inalcanzable para el resto de patinadores.
Pero si algo ha tenido este Campeonato del Mundo de Shanghai 2015, han sido las sorpresas; para empezar, en la primera final, la de parejas, los canadienses Duhamel y Radford cumplían los pronósticos y batían a las tres parejas chinas que finalizaban por detrás de ellos, hasta ahí todo normal, pero al siguiente día en la final de danza, el oro era para los franceses Papadakis y Cizeron que no daban crédito al monumental programa libre que había hecho y que les permitía remontar desde la cuarta posición en que habían acabado el programa corto. La final femenina también tuvo sorpresas, las rusas Tuktamysheva y Radionova habían dominado todo el año, y en el programa corto lo confirmaron, en especial Elizaveta, que hacía el tercer mejor programa corto de la historia, y entraba en el olimpo de este deporte, convirtiéndose en la quinta patinadora que logra realizar un triple axel en una competición.
Pero llegó el programa libre y por primera vez en la campaña, las rusas demostraron ser humanas y fallaron en sus programas, en especial Elena Radionova, lo que provocaba que Tuktamysheva se proclamara campeona del Mundo y obtubiera así la triple corona, tras haber ganado el Europeo y el Grand Prix, gracias a la gran diferencia que había obtenido con su triple axel en el programa corto, en cambio Radionova se tenía que conformar con el bronce, tras ser superada por la japonesa Miyahara.
Y llegamos a la final masculina, en el programa corto Yuzuru Hanyu cumplió con las expectativas y se situaba primero, para algarabía de una grada llena de aficionados nipones, pero Javier concluía segundo a poco más de dos puntos del nipón, que había cometido un error en su programa; la final estaba abierta y más se abrió el día del programa largo, Hanyu tenía incluidos dos saltos cuádruples, ambos al principio del programa; en el primero Hanyu lo dejaba en tan solo un salto doble y en el segundo Yuzuru se iba al suelo, el súper campeón japonés era de este planeta y tenía un mal día, restaba el programa de Javier, el español necesitaba unos 180 puntos para proclamarse campeón, una puntuación que estaba a su alcance, máxime con el agresivo programa que Javi presentaba, con nada más y nada menos que tres cuádruples.
Comenzó la actuación y Javier bordaba su primer cuádruple, encaraba el segundo y ahí a todos se nos helaba la sangre, Javier se caía y a todos se nos venía a la mente la misma idea, una vez más a Javi le va a poder la presión y va a empezar a fallar un salto tras otro, pero no, en esta ocasión Javier logró completar el programa sin más errores y tras unos minutos que parecieron horas, el jurado otorgaba la primera medalla de oro en un Mundial para un patinador español, el propio Javier con cara de asombro decía que no se lo podía creer, había derrotado a su amigo pero gran rival Yuzuru Hanyu.
Así terminaba un Mundial marcado por los nervios y los excesivos errores cometidos por los patinadores, en general fue un torneo de bajo nivel, pero que dejará para la historia dos momentos, la caída del inbatible Hanyu a manos de un patinador español y la portentosa actuación de Elizaveta Tuktamisheva en el programa corto con su triple axel, solo por estos dos momentos mereció quedarse de madrugada a ver este campeonato.
A continuación os dejo aquí alguna de las actuaciones de los campeones, sobre todo la de Javier espero que no os la perdáis.
https://www.youtube.com/watch?v=L9CeFxsuJws
https://www.youtube.com/watch?v=e-qP6CkTDMU
https://www.youtube.com/watch?v=qRVRIagjlUs