Crónica Super Bowl XLVIII (4/4)
Protagonistas y ausentes
(Viene de un artículo anterior. Si te lo perdiste, puedes leerlo aquí)
Antes de terminar me gustaría resumir brevemente la actuación de los protagonistas, aquellos que han salido como vencedores y vencidos.
John Fox: desaparecido en la banda y superado por la situación. Incapaz de poner orden en el ataque. Dejó ver que en la ofensiva de su equipo poco tiene que decir y que cuando el quarterback se atasca, él no tiene la respuesta. Fox es un entrenador defensivo y la defensa cumplió. La culpa recaída en Fox debe ser repartida a partes iguales con John Elway.
Pete Carroll: verdadero vencedor de la noche. La maravillosa defensa de los Seattle Seahawks es su aval. Junto con el front office ha ensamblado un grupo de rondas bajas y undrafteds y lo ha convertido en una unidad cuasi perfecta. También comparte el mérito de Wilson a partes iguales con John Schneider; el segundo tenía la corazonada, pero el primero lo puso a jugar. Siempre será el Carroll excéntrico de la banda pero méritos de gran head coach los tiene y currículo para demostrarlo también.
Russell Wilson: comenzó el partido nervioso y le duró un drive y medio. Tiene limitaciones y las conoce. Juega muy bien rodeado y con Lynch en el backfield, aparte de eso sabe muy bien cuándo echar a correr y cuándo no. Se le pide que haga un football muy concreto y él lo hace. Puede que no te gane partidos, pero desde luego no te va a ayudar a perderlos. Se infló a buscar emparejamientos contra Champ Bailey, sobre todo, cuando el partido aún vivía.
Peyton Manning: perdedor de la noche. Para algunos tiró buena parte de su legado por la borda. Su sistema de ataque chocó contra una defensa que lo había estudiado a conciencia. No supo reaccionar y se diluyó en el partido como si con él no fuese la cosa. Si la AFC sigue en el nivel de este año, Denver va a volver a optar a todo. Pero habrá que ver cómo está ese vestuario a la vuelta de vacaciones. Además, o se renueva, o las buenas defensas lo estarán esperando, y la temporada no acaba con la regular season.
Marshawn Lynch: no hizo un gran partido porque la defensa de Broncos lo paró muy bien. Anotó el touchdown por la gran posición que les dio un pass interference. La segunda parte del partido se la pasó bailando en la banda. Si el partido hubiese sido más disputado, habría tenido más presencia.
Knowshon Moreno: no acabó en el hospital de milagro. Deambuló por la zona del pase corto y lo sufrió en sus carnes. Recibió golpes para salir del campo e invitar a otro a sustituirle. Ante la masacre que estaba sufriendo Denver se olvidó de la carrera y Moreno recibió menos toques. El fumble es más mérito de Maxwell que culpa del corredor.
Wes Welker: otro que no acabó contusionado de milagro. Fue asfaltado un par de veces a lo largo del partido como aviso de lo que le esperaba. Recibió algún balón de mérito pagando un gran castigo físico. En cierto punto del partido parecía más motivado que el propio Manning para remontar. Recordemos su récord en la Super Bowl y encontraremos el motivo.
Percy Harvin: el factor que Seattle sabía que tenía escondido. Los Broncos tuvieron que lidiar con una amenaza que apenas tuvo toques y aun así los destrozó. No fue un Terrell Owens. Pudo jugar y se notó. Habrá que ver qué papel tiene en la ofensiva Seahawk el año que viene.
Richard Sherman: el “bocas” oficial de la liga y hombre más perseguido en los días anteriores del partido pasó desapercibido. Manning no se atrevió a buscarle y tuvo que correr hacia atrás solo un par de veces, en una sufrió un pass interference no pitado que evitó que lograra una nueva intercepción. Se dedicó a la cobertura en la zona intermedia. Acabó lesionado.
Malcom Smith: el MVP fue príncipe por un día. Un jugador desconocido para el gran público se llevó el trofeo de mejor jugador gracias a dos recuperaciones, una anotada para touchdown y un buen número de placajes. Deberían haber repartido MVPs entre varios de la defensa. Chancellor estuvo majestuoso, la línea se sobró, Bennett, Avril, los linebackers aparte de Smith, y cómo no elogiar el partidazo de Bobby Wagner. Un reconocimiento global para una unidad que ha marcado la diferencia y se ha llevado la Super Bowl.
Por último, no quiero cerrar esta crónica con un par de reflexiones outfield, ya que el partido dio para más de lo que vimos en el campo:
• Joe Buck es el José Ángel de la Casa americano, no tiene sangre en las venas. Además de comentarios poco afortunados, o simplemente obvios, parece narrar todas las jugadas bajo el mismo patrón. Lo increíble es que narra una Super Bowl con la misma intensidad que un partido de Jaguars en preseason.
• Si Joe Buck me sobra en la retransmisión de la Super Bowl, no digamos Troy Aikman.
• No tengo queja de la retransmisión de la FOX, creo que muchos espectadores en España lo vieron por Canal Plus y sufrieron la señal internacional, un detalle que la NFL debe cuidar porque la señal la suministra NFL Network.
• El Halftime Show me pareció decentillo; ni una fiesta, ni un bodrio. Bruno Mars no me pega con el ambiente de una Super Bowl, pero eso es entrar en cuestiones de gustos. Red Hot Chili Peppers animaron un poco la fiesta. De igual forma, mejor esto que no esperpentos de rockeros desfasados o viejas leyendas venidas a menos.
• Los anuncios, correctos. Faltos de espectacularidad en su mayoría. En la segunda parte muchos estaban más pendientes de las pausas que de lo que sucedía en el campo.
La Super Bowl XLIX tendrá lugar en el supermoderno dome de la University of Phoenix Stadium en Glendale, hogar de los Arizona Cardinals. Para eso queda una larga travesía del desierto y una temporada a buen seguro espectacular.