Crónica Super Bowl XLVIII (3/4)
Garbage Time y la primera de los Seahawks
(Viene de un artículo anterior. Si te lo perdiste, puedes leerlo aquí)
La Super Bowl es un partido especial en todos los sentidos. El tiempo de preparación es mayor, al igual que la trascendencia mediática, y los jugadores se preparan para el partido de sus vidas. Muy pocos tienen la oportunidad de vivir esa sensación de nuevo. Otra particularidad de la Super Bowl, una de muchas, es que el periodo de descanso es mayor. Mientras los aficionados se evaden con el espectáculo improvisado sobre el terreno de juego, los equipos se aprovechan de un tiempo extra para solventar dudas, ajustar detalles y motivarse para la segunda parte. Imagino que poco hablaron de la posibilidad de acabar de ganar o perder el partido en la primera jugada tras el descanso.
Al igual que al comienzo del partido, la casualidad quiso que a los doce segundos Percy Harvin entrase en la end zone tras retornar para touchdown 87 yardas. El partido, hasta ese momento flojo de los equipos especiales de Denver, culminó de forma lamentable una actuación para olvidar que selló el partido para los del estado de Washington. A partir de ahí, dos cuartos enteros de garbage time.
Es verdad que a Seattle le salió todo a pedir de boca, pero ganar la Super Bowl sobrándote mitad del partido demuestra hasta qué punto el rival que tienes enfrente ha hecho el ridículo. Y lo más irritante para los aficionados de Denver debe ser, no tanto el hecho de que tu ataque ha naufragado contra la defensa rival, sino la sensación de falta de recursos e ideas con las que salir de esa situación y que revela en el fondo una mala preparación del partido. Más aún cuando tu quarterback es Peyton Manning, hacedor de récords y paradigma de lectura de defensas. Un detalle: la cara de Manning tras el touchdown de Harvin no es la cara de alguien que acaba de perder su última oportunidad de engancharse al partido, más bien parece alguien con el que no va lo que está pasando en el campo.
Dado el desastroso espectáculo que había mostrado Denver en la primera parte, muchos dábamos por hecho que su actitud en la segunda mitad sería distinta. Nos equivocamos. Cierto que la primera jugada de la segunda parte mata el partido, pero más allá, nada cambió en el ataque de Denver. Éstos avanzaron a trompicones en el drive siguiente con la losa pesada del 29-0 retumbando en el marcador. Los mismos problemas de continuidad y de yardas after catch se reprodujeron. He leído que Richard Sherman ha declarado que su intención y la de sus colegas defensivos era dejar a los de naranja con un rosco en el marcador, pero a estas alturas del partido es obvio que la presión sobre el quarterback rival se relajó y le dio un poco más de tiempo. Un drive largo de Broncos que acabó de forma ridícula desde mi punto de vista, ¡con un punt! Si pierdes de 29 y no estando a menos de diez yardas de tu propia end zone, qué más te da perder el balón por turnover on downs si el partido ya lo tienes perdido; al menos juégatela y dale una demostración de orgullo a tu propia afición. Estoy convencido que los silbidos que se oyen en esa jugada no proceden solamente del 12th Men.
El partido se vuelve intrascendente y tras un punt de Seattle el balón vuelve a Manning. En este momento del partido se produce el fumble de Moreno forzado, en un alarde de técnica, por Maxwell y recuperado de nuevo por el linebacker Malcolm Smith. Esta vez no es la presión de la línea sino la velocidad de la secundaria y su buena técnica, las que fuerzan la pérdida de balón y la rápida llegada de la linebackers – por los motivos que ya hemos comentado. Wilson hará valer este esfuerzo de la defensa convirtiendo esta jugada en puntos, con un pase corto a Kearse que anota el touchdown. Aún me estoy preguntando si la defensa de Broncos estaba ya pensando en las vacaciones – fiestas y jacuzzis en buena compañía –, si es que ya no querían seguir placando, o simplemente estaban deseando que acabase el partido y olvidarlo todo. Que nadie se lleve a engaño, la displicencia de esta unidad en la segunda parte no empaña la buena labor que habían hecho durante buena parte del partido, al parar al ataque de Lynch y compañía. 36-0. La FOX empieza a echar mano de récords y estadísticas, Moreno en la banda no sabe dónde mirar y las calles de Seattle se empiezan a llenar de gente. Me pregunto cuánta gente a estas alturas del partido debió de apagar la tele. ¿Subirían la audiencia los detractores de Manning? No recuerdo otra noche en la que se lo hayan pasado mejor.
Casi sin darnos cuenta, los Broncos anotan un touchdown. Demaryius Thomas supera el marcaje de Maxwell y agarra el balón para poner el 36-6. Conversión de dos puntos conseguida. 36-8. Aún queda un cuarto entero por delante. Seattle jugó con el reloj y, sin prisas y arriesgando nada, anotó otro touchdown de pase, esta vez de Baldwin. 43-8. Incluso tuvo tiempo de lucir QB reserva y jugar unos minutos con Tarvaris Jackson. ¡Quién se lo hubiera dicho! Del partido poco más. Seattle absoluto dominador. Los que ganaron no dieron opción y los que perdieron se van con la sensación de que no hubieran ganado nunca de esa manera. Quizás otro planteamiento no es que les hubiera dado el anillo, pero sí más opciones de pelear un poco por él.
Resultado final: Seattle Seahawks 43 – Denver Broncos 08.