Euroliga. Real Madrid – Maccabi Electra Tel Aviv
Un Real anodino y falto de ideas sucumbió ante un aguerrido Maccabi Tel Aviv. El Real Madrid se queda de nuevo a las puertas del éxito, por segundo año consecutivo, a un partido de acabar con su sequía en Europa, ante un Maccabi Electra que nunca se rindió y supo sufrir en los momentos clave.
El equipo blanco no tuvo la mejor noche posible, solo impuso su ley de baloncesto alegre y transiciones rápidas en unos pocos minutos entre el primer y segundo cuarto.
A partir de ahí se impuso otra ley, la que había diseñado David Blatt que, tras muchas derrotas seguidas ante Pablo Laso, halló la clave en el momento oportuno.
El partido comenzó según el guión esperado. Dura defensa del Maccabi y primeros ataques a Schortsanitis. Así, los de David Blatt pudieron controlar el inicio e incluso amagaron con una primera brecha (7-13). En este tramo del partido al equipo blanco lo mantenía Rudy Fernández con puntos de calidad. Los puntos del internacional sirvieron para mantener el tipo y dieron paso a un parcial de 9-0 en apenas dos minutos, lo que dio la primera ventaja del partido a los blancos. El Real Madrid vivía sus mejores minutos y siguió a lo suyo al inicio del segundo cuarto, apoyado por un descomunal Felipe Reyes. Dominó la pintura en ese tramo (acabaría el partido con 12 puntos y cuatro rebotes ofensivos) y lideró la primera gran diferencia madridista (26-15, min.14).
La final parecía un calco de la seminifinal del viernes contra el Barcelona, pero las tres faltas de Slaughter o unos desacertados Nikola Mirotic y Sergio Llull, negados ante el aro, dieron al traste con el buen hacer del equipo. Maccabi demostró una vez más su increíble capacidad para continuar en el partido, y con opciones. Apretó los dientes, bajó las piernas en la defensa y logró marcharse al descanso a solo dos puntos. Un resultado demasiado corto para el Real Madrid, después de lo que se había intuido.
El partido continuaba por los derroteros de la primera parte. Defensas duras y un Madrid que no conseguía imponer su ritmo a pesar de ir por delante en el marcador. Los hebreos despertaban con Hickman, desaparecido en la primera parte, Rice y Smith. El decorado cambiaba, el dominador pasaba a ser el Maccabi, dando una lección en el rebote ofensivo, apretando el marcador y viendo el aro desde fuera con, cada vez, mayor facilidad. A pesar de ello, el Madrid tiraba de pundonor para volver a estar por arriba al final del tercer cuarto y afrontar los diez minutos decisivos todavía por delante (55-53).
Pero no era el día del conjunto madridista, ya que no encontraba el camino al aro con facilidad, ni tampoco podía correr como es habitual en su juego. El partido se volvía loco por momentos, con pérdidas evitables por parte de ambos conjuntos. Sergio Rodríguez tiraba de los suyos, sufría en la defensa a Rice, y se cargaba de faltas.
El Madrid mantenía el orgullo y conseguía entrar en la recta final por delante (65-63, min.36). Ahí el Maccabi supo jugar mejor sus armas y un parcial de 10-5 (69-73) los ponía a tiro para levantar la copa con menos de un minuto por jugarse. Un milagro logró levantar el resultado e ir, por primera vez en la historia de la competición, a una prórroga donde todos esperábamos la reacción blanca.
Esa reacción no llegó nunca y el Madrid sucumbió claramente en la prórroga, sin defensa, se ahogó en la orilla. El héroe ante el CSKA, Rice, firmó cinco minutos demoledores con un parcial final de 13-25 en ese tiempo extra, para volver a dejar al Real al borde de la gloria continental, gloria que finalmente se fue para el equipo que llegaba como ‘convidado de piedra’.
EL COMENTARIO PERSONAL de BLOG INTEREFENCE
Nada aprendió Pablo Laso en la final del pasado año delante de Olympiacos. Volvió a caer en el error de querer jugar siempre a correr y a confiar en la inventiva de jugadores como Llul, Rudy, Mirotic, Carroll, o el ‘Chacho’ Sergio Rodríguez. En esta ocasión los blancos tuvieron la dureza mental que les faltó en Londres para salvar una prórroga, la primera en la historia de la Euroliga, pero se quedaron sin defensa, y lo que es peor, sin ataque en el momento clave. Además, sus mejores hombres no acabaron de funcionar, con Rudy Fernández sin dar continuidad a su gran inicio, Nikola Mirotic poco fino y Sergio Llull desaparecido. Solo Sergio Rodríguez, salvó un poco los muebles y se fue hasta los 21 puntos, pero tuvo un problema con Tyrese Rice, elegido ‘MVP’, que le planteó un partido muy incómodo.
Mientras que la defensa desapareció en la prórroga, el rebote fue una ‘condena’ (19 rebotes ofensivos de su rival) y no hubo acierto exterior (11/34 en triples). Tampoco los cambios fueron muy acertados, con un Carroll casi inédito, Mejri fuera de sí, pero que podía intimidar… y un Rudy que, a pesar de hacer un partido correcto, no fue capaz de quitarse el sambenito de jugador ‘poco resolutivo’ en los minutos calientes. Solo Felipe Reyes pudo mantener el orgullo, pero incompresiblemente tras un par de canastas desacertadas, fue sustituido para volver a aparecer cuando el fuego más quemaba.
En cambio, el conjunto israelí sacó el máximo partido a sus armas, quizás menos conocidas y de menos nombre, pero efectivas, sobre todo las del pequeño Rice, motor de los suyos. El base, autor de la canasta en el último suspiro que dejó fuera al CSKA, fue clave, sobre todo en el inicio del tiempo extra donde sus puntos ratificaron el extenuante esfuerzo físico en defensa de sus compañeros. El Maccabi culminó de este modo un gran camino hacia el título, el sexto de su historia, tras eliminar primero sin factor ‘cancha’ al anfitrión y a dos temibles adversarios después. El ‘convidado de piedra’ se hizo grande, muy grande.
FICHA TÉCNICA.
–RESULTADO: REAL MADRID, 86 – MACCABI ELECTRA, 98.
–EQUIPOS.
REAL MADRID: Llull (-), Darden (7), Rudy Fernández (15), Mirotic (12) y Bourousis (12) -cinco inicial- Reyes (12), Sergio Rodríguez (21), Slaughter (2), Carroll (5), Mejri (-) y Díez (-).
MACCABI ELECTRA: Ohayon (4), Hickman (18), Smith (15), Pnini (-), Schortsatinis (9) -cinco inicial- Tyus (12), Blu (14), Rice (26), Ingles (-).
—PARCIALES: 16-15, 19-18, 20-20, 18-20 y 13-25.
—ÁRBITROS: Christodoulou (GRE), Pukl (SLO) y Jovic (SER). Eliminaron por faltas a Slaughter y Sergio Rodríguez, por el Real Madrid; Schortsanitis, por el Maccabi.
—PABELLÓN: Mediolanum Forum de Milán. 11.843 espectadores.
Completamente de acuerdo, Pablo Laso no estuvo a la altura, así como la mayoría de las estrellas blancas. Sólo Reyes, Mirotic y Sergio Rodriguez mantuvieron el tipo. Por otra parte, partidazo, mucha lucha y mucha emoción, y cuando parecía que mejor se le ponía al Real Madrid, éste se dejó ir, no pudo superar la presión y regaló la final.
Una pena.
Lo de Laso es para que se lo haga mirar, desde que llegó al Madrid a ninguneado el juego interior blanco, olvidándose de el por completo. En las semis se vio como el CSKA se fue en el marcador mientras se dedicaron a meter balones interiores a Kaun, la receta era muy sencilla, pero Laso sigue sin enterarse. Otro punto a tener en cuenta es por que no dió más minutos a Carroll y Felipe, cuando todos veíamos que no era el día de Llull y Mirotic. ¡Váyase señor Laso!, ¡Váyase!