Mundial de Brasil – 13ª jornada
La última jornada del grupo D del Mundial de Brasil, nos traía un encuentro a vida o muerte entre Italia y Uruguay. A los italianos les valía con un empate para meterse en octavos, mientras que los charrúas estaban obligados a ganar.
Con dos equipos con buenas defensas, el choque se preveía intenso y con dureza, y en los primeros minutos las faltas y las interrupciones se sucedieron, sin crear peligro ningún equipo hasta el minuto diez, cuando el eterno Pirlo, de falta, hacía lucirse a Muslera.
Pero fue un espejismo. De nuevo las dos escuadras se anulaban mutuamente, robándose seguido el balón, sin inquietar a los metas rivales. Hasta el minuto 25 no se volvió a ver otra ocasión, mediante una incorporación por sorpresa del central Barzagli, que llegó al área rival y se sacó un disparo que rechazó la defensa in extremis.
La posesión poco a poco era azzurra, ante unos uruguayos que no tenían prisa por arriesgar, a pesar de que necesitaban un gol. Inmobile lo intentaba en el 30′ pero su volea se marchaba a las nubes, de Uruguay se seguía sin ver nada en ataque por el momento.
Pero eso era lo que los charrúas querían, aparecer por sorpresa y golpear, y en el 33′ esa opción estuvo a punto de pasar. Tras una gran pared entre Pereira y Suárez, el del Liverpool se plantó ante Buffon con poco ángulo, su disparo lo tapó el meta y el posterior rechace era detenido de nuevo con seguridad por Buffon.
Hasta el descanso, nada más que destacar, salvo la amarilla que vio Balotelli y que le impediría jugar en octavos si Italia pasase.
En la segunda mitad más de lo mismo. Los uruguayos sin arriesgar en exceso, e Italia contemporizando, sin ocasiones hasta el minuto 57, cuando el Cebolla Rodríguez se internó en el área rival y cruzó demasiado su disparo.
El partido cambió solo un minuto más tarde. Marchisio decidió autoexpulsarse y vio la roja tras una dura entrada a Ríos, con lo que Uruguay por fin decidió irse para arriba y en el 65′ Buffon le sacaba un mano a mano a Luis Suárez.
Uruguay sin hacer nada, tenía el encuentro donde quería e Italia comenzó a sufrir mucho ante el empuje, más con corazón que con cabeza, de los charrúas.
Con Godín ya de delantero, Uruguay buscaba el gol de cualquier manera, pero Italia resistía y eso ponía a cien a los americanos, en especial al siempre díscolo Suárez que en el 78′ volvía a las andadas y, recordando tiempos pasados, le pegaba un mordisco a Chiellini que el colegiado no veía.
Tan solo dos minutos después, tras la no expulsión de Suárez, Godín remataba de cabeza un centro y ponía en ventaja a Uruguay.
Con uno menos Italia se fue con todo arriba y Pirlo la tuvo en otra falta directa, pero se le fue fuera por poco. A continuación, fue Suarez quien la tuvo, al plantarse tres uruguayos contra un solo defensa, pero estuvo muy individualista y perdió el balón.
Italia era un querer y no poder. Lo intentaron todo. Balones colgados, paredes… pero Uruguay se defendió como gato panza arriba y aguantó hasta el final, para llevarse una inmerecida victoria que los ponía en octavos. La debacle europea continuaba.
En el otro encuentro Costa Rica e Inglaterra empataron a cero en un insulso partido, en el que solo los ticos tenían en juego el lograr la primera plaza del grupo, si conseguían un empate que como digo así fue.
Los ingleses lo intentaron más que los ticos, pero Navas de nuevo fue el gran protagonista y Costa Rica acaba invicta el grupo de la muerte.
En cuanto a los encuentros de la segunda tanda, Grecia y Costa de Marfil se enfrentaban en busca de la segunda plaza para octavos, pues Colombia ya tenía una asegurada, aunque perdiera con Japón.
El partido de griegos y marfileños se podría decir que fue parecido al anterior de Italia. Los griegos tenían que ganar sí o sí y esperar un pinchazo nipón, a los marfileños les valía un empate; sin embargo, Grecia no modificó su estilo y no se lanzó al ataque a lo loco, sino que cedió el terreno a Costa de Marfil a la espera de su oportunidad.
El encuentro no comenzó de la mejor manera posible para los intereses helenos, pues a los veinticinco minutos ya había realizado dos cambios por lesión, el del portero y el de uno de sus mejores jugadores, Kone.
Así, Costa de Marfil llegaba aunque sin lograr ocasiones relevantes y los griegos esperaban su oportunidad. Al mismo tiempo en el otro encuentro, Japón comenzaba a encargar los billetes de vuelta, tras encajar el primer gol en el minuto 20, merced a un penalti que transformaba Cuadrado para los cafeteros.
Japón se adueñó del balón y puso cerco al meta colombiano, pero como a lo largo de todo el torneo, sin puntería y con cierta bisoñez. Primero Honda de falta, luego Okubo de chilena y más tarde Kagawa con un tiro desde el borde del área, pusieron las ocasiones niponas.
Mientras tanto en Fortaleza, Grecia pillaba la contra que esperaba, pero Holebas estrellaba su remate en el larguero y así el tanteo no variaba.
Las emociones no llegaron hasta los últimos minutos de la primera mitad. Por un lado, Jackson Martínez a punto estaba de hacer el segundo contra Japón tras cazarlos en una contra, y por otro lado Grecia lograba de nuevo cazar a los africanos en una contra, y Samaris le daba la ventaja a Grecia tras batir a Kopa en el mano a mano. En esos momentos Grecia se metía segunda de grupo y estaba clasificada para octavos, pero las emociones no cesaban y Okazaki en la última jugada de la primera mitad, de gran cabezazo ponía las tablas y le daba esperanzas a Japón para la segunda mitad.
La segunda mitad comenzaba con las espadas en todo lo alto, Japón había empatado y ganando se metía si Grecia le ganaba a los marfileños, pero los nipones se exponían a ser pillados por el gran potencial cafetero, y así a los diez minutos, por fin Jackson Martínez veía puerta y de tiro cruzado volvía a adelantar a los colombianos y acercaba a los helenos a octavos.
Los griegos con el gol salieron crecidos y en la segunda parte tenían más el balón. Barry tenía que multiplicarse para evitar el segundo gol heleno que dejaría muy tocados a los marfileños. Los griegos estuvieron a punto de hacer el segundo en una contra tras un saque de esquina mal sacado por los marfileños, en el que los griegos se plantaron con tres delanteros frente a dos defensas. Kalou inteligentemente, cometía falta y se ganaba la amarilla, pero acababa con la jugada de peligro.
Los japoneses nunca se dan por vencidos y así Honda y Okubo de nuevo gozaban de dos ocasiones para volver a empatar, pero sin fortuna al final, mientras Colombia salía a la contra a toda velocidad y también tenía oportunidades claras para sentenciar. Cualquiera de los dos equipos podía marcar.
Mientras, los marfileños lo intentaban, pero no sabían cómo sobrepasar a la zaga griega, tan solo en algún córner creaban un poco de peligro. Sin embargo, en el 74′ Kalou se sacaba de la chistera un magistral pase al hueco para Gervinho, este le cedía el esférico a Bony para que fusilara a Glykos y de esa manera situarse en octavos los marfileños.
Griegos y japoneses atacaban con todo, pero arriesgándose a encajar a la contra. Eso le sucedió a los nipones en una contra. Jackson Martínez hacía el segundo de su cuenta y finiquitaba a los japoneses definitivamente.
Con el partido de Colombia sentenciado, la atención se centraba en saber si Grecia a base de pelotazos, podría hacer el gol de la victoria, y en el 87′ a punto estuvieron los griegos de conseguir el gol, pero el tiro salió rozando el palo.
El gol llegó en el otro encuentro. James Rodríguez se quiso sumar a la fiesta cafetera y, tras reírse de media zaga nipona, batía de vaselina al meta japonés en un golazo de antología, que demuestra la calidad de esta joven promesa mundial.
Pero hay que recordar que la palabra tragedia es griega, y eso fue lo que les sucedió a los marfileños. En el 91′ Samaras intentaba rematar y era objeto de penalti por medio de Sio. Los marfileños que ya celebraban su pase, no se lo podían creer. Samaras no perdonaba y por fin pasaban a octavos de final, dejando con la miel en los labios a los chicos de Drogba.
Así pues, tras finalizar la jornada, Costa Rica vs. Grecia y Colombia vs. Uruguay, serán los enfrentamientos de octavos.