Documentales de deporte: El Gran Éxtasis del Escultor de Madera Steiner

SteinerEl heterodoxo y siempre interesante realizador alemán Werner Herzog (Múnich, 5 de septiembre de 1942) produjo este notable homenaje al saltador de esquí Walter Steiner (Suiza, 15 de febrero de 1951), que compitió en los 70 alcanzando multitud de éxitos en una disciplina que dominó con notable superioridad, convirtiéndose en el ganador del primer Campeonato del Mundo de la modalidad celebrado en 1972 en Planica (Eslovenia).

El documental, fechado en 1974, comienza con un vuelo a cámara lenta del saltador, un aperitivo de lo que nos espera a continuación.

Fiel a su estilo metafórico, Herzog nos ofrece una breve secuencia del propio Steiner tallando figuras de madera, una sutil demostración de las cualidades que adornan al personaje: precisión, superación y búsqueda de la perfección.

Con un relato que navega a saltos entre el documental, la narración deportiva y el relato en primera persona, se nos van mostrando las grandes dotes de Steiner para el salto alpino a la par que desenmascara la trastienda de este deporte.

SteinerPodemos verle preparando la pista y entrenando. Comprobamos el vértigo de lanzarse, por una pista de madera, hacia una ladera de hierba sin más equipamiento que sus esquíes.

También le vemos durante la competición, los minutos previos a los saltos y la plasticidad con que se desenvuelve surcando el aire a cámara lenta.

El propio Herzog, micrófono en mano, entrevista al deportista en plena pista, dando a conocer la preparación que requiere cada salto, las sensaciones que le produce el vuelo y a motivación que le lleva a alcanzar cotas mayores.

Pero no todo son palabras bonitas y elevados mensajes transcendentales sobre la vida; también se puede oír el testimonio, en primera persona, de un campeón como Steiner que incide en los grandes déficits del deporte de alta competición, donde las medidas de seguridad van muy por detrás de la exigencia a la que se ven sometidos los competidores por superar sus propios límites, poniendo en riesgo en muchas ocasiones tanto su integridad física como incluso su vida.

SteinerDe hecho, asistimos a una caída durante uno de sus saltos y cómo, tras comprobar que apenas había sufrido algunas magulladuras, inmediatamente insiste en volver a saltar. No quiere que el miedo le conquiste y vuelve a intentarlo, acariciando el cielo para completar un gran salto.

Se completa el documental con una anécdota relatada por el propio deportista en la que recuerda a un cuervo que tuvo como mascota de niño, al que le faltaban plumas y no podía volar, le acompañaba a todas partes, le daba de comer y trataba de protegerle del resto de cuervos que lo martirizaban. Al final decidió sacrificarlo porque le torturaba ver los intentos del animal por volar y no poder hacerlo.

El vuelo final a cámara lenta pone el colofón a una narración sincera y cercana que casi logra ponernos en la piel de un saltador de esquí que alcanzó las más altas cotas en su carrera.

Muy recomendable esta aproximación de apenas 45 minutos a un deporte que, a pesar de la gran repercusión que suele tener en los campeonatos de esquí por su  espectacularidad, no por ello deja de ser bastante desconocido –al menos por mí-.



pimendez

Hijo de la derrota y el alcohol, sobrino del dolor, primo hermano de la necesidad

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