Aquellos Maravillosos Años I – Joe Namath

Corrían finales de los 80 (buff, ¡cómo pasa el tiempo!). Yo era un niño normal y corriente. Durante el día iba a clase y después, al llegar a casa, hacía los deberes y jugaba con mis amigos, hasta que llegaba la hora de cenar. Entonces, me ponía a ver la tele. Un buen día, me puse a ver una serie americana que iba de un tío que en la actualidad se dedicaba a narrar cómo había sido su infancia, los hechos más destacados que le habían sucedido, cuáles eran sus mejores amigos, cuál fue su primer amor, las peleas con sus hermanos mayores, los líos en los que se metía, etc. No sé por qué, pero me enganchó. Esa serie se llamaba «AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS» y, si me lo permitís, a los que no habíais nacido y no la visteis os recomiendo que la busquéis; merece la pena.

Como decía, el protagonista Kevin Arnold de adulto hacía un repaso de cómo había sido su infancia entre los años 1968 y 1973. Nunca olvidaré una cosa de esta serie: el chaval llevaba muchas veces a clase una chaqueta verde y blanca muy molona, con algún tipo de escudo que yo, a mi tierna edad, no sabía descifrar a qué pertenecía. Nunca me olvidaré de esa chaqueta, me decía a mí mismo: «yo quiero una igual». El típico antojo que tiene uno de niño y que no se te pasa, hasta que te compran lo que quieres o decides cambiar de idea y buscar otra cosa que te guste más, y ese es tu nuevo objetivo.

Pasaron los años. Aquella sensacional serie acabó y yo fui creciendo, hasta que un buen día que estaba aburrido, rebuscando por Internet, me topé sin esperármelo de nuevo con la serie, y me dio por ponerme a ver un capítulo. Sí, ahí estaba otra vez Kevin con la chaqueta molona, con ese escudo que por curiosidad intenté averiguar de una vez a quién pertenecía. Tras una corta búsqueda, descubrí que la chaqueta pertenecía a un equipo de una liga llamada NFL, un equipo llamado New York Jets que jugaba a fútbol americano.

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Ese fue mi primer contacto con este amado deporte. Probablemente, gracias a una chaqueta que me gustaba, me interesé por primera vez por la NFL, y poco a poco mi curiosidad aumentó por este deporte, hasta que, afortunadamente en los últimos años, he caído rendido a sus pies. Ahora, no puedo vivir sin mi dosis anual de Brady, Manning, Rodgers, Brees, Megatron, Peterson y compañía. Pero he aquí que se me encendió la bombillita y me dije: hoy en día disfrutamos de grandísimos jugadores. Sobre todo, tenemos que intentar aprovechar el poco tiempo que les queda a Tom y a Peyton, porque sin duda son dos de los más grandes de la historia, pero ¿y qué hay de los viejos dinosaurios? ¿Qué jugadores ha habido antes de estos portentos que han hecho vibrar a pasadas generaciones de aficionados al fútbol?

Así que me he propuesto un reto. Sé que hay mucha gente que ha oído hablar, o sabe quiénes son Montana, Marino, Young, Irving, Aikman, Barry Sanders, Emmitt Smith y un largo etcétera de viejas figuras de este deporte, en unos tiempos en los que los había que tener muy bien puestos para saltar a un campo de fútbol americano. Si en la actualidad los Incognito o Nsuh nos parecen unas malas bestias, qué ocurriría en aquella época, en la que las reglas permitían casi de todo. Pero también soy consciente de que existe mucha gente que se ha aficionado recientemente a este gran deporte (afortunadamente cada vez más en auge) y que no conocen demasiadas cosas del pasado, solo del presente. Así que, si me lo permitís, desde hoy y cuando el tiempo me lo permita en sucesivos capítulos, os iré hablando, dentro de mi gran ignorancia, de esos hombres que llenaron campos para que la gente viera cómo daban pases imposibles, cómo se dejaban media vida por ganar una yarda, cómo atrapaban balones inatrapables. Esos hombres se merecen todo nuestro respeto y devoción, por algo están en el Hall of Fame de la NFL, porque la vida pasa demasiado deprisa y tendemos a olvidarnos del pasado. Bueno, quizás no tanto, porque como bien decía Kevin en la última frase que cierra esa gran serie, en honor a la cual esta sección lleva su título, «crecer sucede en un latido. Un día estás en pañales, al siguiente ya no estás aquí. Pero los recuerdos de la niñez permanecen contigo todo el camino. Recuerdo un lugar, un pueblo, una casa como muchas casas, un patio como muchos patios, una calle como muchas otras calles. Y el asunto es que, después de todos estos años, sigo mirando hacia atrás, maravillado.»

Y después de este tocho de introducción, paso a hablaros de mi primer personaje. Podría empezar por los más grandes, por Montana o compañía, pero ya que os he dado la vara con los Jets, será una de sus grandes figuras la que inaugure este apartado dedicado a los más grandes.

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Joe Namath

Os presento a Joe Namath, también conocido como «Broadway Joe». Nació el 31 de mayo de 1943 en Beaver Falls (Pennsylvania), muy cerquita de Pittsburgh. Su abuelo era de origen húngaro y sus padres estaban divorciados, por lo que pasó a vivir con su madre Rose.
En sus comienzos en el mundo del deporte compaginó diversas disciplinas, ya que practicaba fútbol, béisbol y baloncesto, destacándose en este último como uno de los pocos jugadores que, por aquel entonces, era capaz de realizar mates. Cuando se graduó, recibió numerosas ofertas para jugar en las grandes ligas de béisbol. Al principio, se mostró dispuesto a aceptar alguna de ellas, pero finalmente su madre le convenció para que estudiara una carrera universitaria, y así terminó en la Universidad de Alabama, luego de haber aceptado previamente una oferta para ir a la Universidad de Maryland, que finalmente lo descartó por sus notas académicas. En Alabama lo dirigió de 1962 a 1964 el mítico entrenador Paul «Bear» Bryant, llevando a los Crimson Tide al campeonato nacional en 1964 y finalizando su carrera universitaria con un récord de 29-4.

Cabe destacar que su llegada a Alabama fue un gran cambio en su vida, ya que provenía del norte de Estados Unidos. En una zona mayoritariamente afroamericana y en su etapa universitaria, se metió en numerosas peleas con blancos sureños por defender los derechos de la gente de color. Otro dato curioso es que no se graduó en la universidad hasta el año 2007. Lo logró realizando un curso online.

Posteriormente, se presentó al draft donde fue seleccionado en 1965 en la posición número 12 por los St. Louis Cardinals de la NFL, y como número 1 del draft por los New York Jets de la, por aquel entonces aún existente, AFL (a pesar de que en su último año universitario había sufrido una grave lesión de rodilla). Joe finalmente se decidió por la oferta de los Jets y pasó a cobrar en su primer año 427.000 dólares, todo un récord en aquella época.

Con los Jets, Namath fue galardonado con el título de rookie del año en su primera temporada y, posteriormente en 1967, se convirtió en el primer quarterback de la historia que pasaba de las 4.000 yardas, concretamente 4.007 yardas en 14 partidos, marca que prevaleció hasta 1979, cuando Dan Fouts alcanzó las 4.082 yardas, pero en 16 encuentros.
En 1968 logró el título de la AFL, derrotando en la final a los Oakland Raiders por 27-23 y logrando tres pases de touchdown. Fue nombrado Mejor Atleta del Año. En 1972 fue convocado para jugar la Pro Bowl, pero su mayor momento de esplendor lo alcanzó en 1969, cuando disputó la Super Bowl III, que por aquel entonces disputaban el campeón de la NFL contra el campeón de la AFL, aunque en aquella época la NFL era mucho más poderosa y en las dos anteriores ediciones de la Super Bowl, los clubs de la AFL habían sido masacrados. La final la disputaban contra los Baltimore Colts, que días antes del partido ya celebraban una segura victoria y se reían de sus rivales, los Jets, diciendo, por ejemplo, que ese iba a ser el primer partido contra profesionales de verdad para los Jets. Joe respondió ante la prensa con las siguientes palabras: «os garantizo que vamos a ganar el domingo».

Llegó el domingo y Namath alargó su figura llevando a los Jets al triunfo por 16-7, siendo nombrado MVP de la final y sentando así las bases para una futura fusión entre NFL y AFL, ya que por aquel entonces se creía que los equipos AFL no darían la talla en la nueva NFL.

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Tras concluir la temporada, Namath decidió abrir un bar llamado Bachelors III, en el popular Upper East Side y con la intención de expandirse a otras ciudades del país. El comisionado de la NFL, Peter Rozelle, se lo prohibió categóricamente porque, según él, dañaba la imagen de la liga, e instó a Namath a que se desvinculara inmediatamente del bar. Pero éste, lejos de hacerlo, en una conferencia de prensa, con lágrimas en los ojos, anunciaba su retirada antes que ceder a las presiones del comisionado. Por suerte, la sangre no llegó al río y, tras perderse casi todo el training camp, Joe decidió volver a los Jets y abandonar su proyecto de bar.

Otro tema que quiero destacar es que, durante sus primeros cinco años de carrera, Joe no se perdió ningún partido por lesión. Sin embargo, entre 1970 y 1973 solo disputó 28 de 58 partidos posibles, resintiéndose de ello su equipo, que acabó esas temporadas con balance negativo. Aún así, nos brindó un partido para la historia. El 24 de septiembre de 1972, en Baltimore, se enfrentaban los Colts y los Jets con el gran Johnny Unitas (ídolo en la infancia de Joe) al mando de los de casa. El partido fue un espectáculo glorioso y está considerado como uno de los mejores partidos de todos los tiempos. Entre ambos mariscales de campo, se combinaron para 872 yardas por aire con 496 yardas y 6 touchdowns para Namath, y 376 yardas y 3 touchdowns para Unitas. La victoria final fue para los Jets por 44-34, la primera que conseguían desde su enfrentamiento en la Super Bowl III. Otra estadística curiosa es que los Jets, con Joe, fueron el primer equipo en ganar un partido en la prórroga. Sucedió en 1974 contra sus rivales de ciudad, los Giants, después de conseguir un touchdown al final que empataba el partido a 20. En la prórroga Namath lograba otro pase de touchdown para alcanzar la victoria.

Más tarde, en 1975, los Chicago Winds de la Liga Mundial de Fútbol Americano ofrecieron a Namath un mareante contrato de 600.000 dólares al año durante 3 años, más 500.000 dólares de signing bonus y 100.000 dólares durante 17 años, además de modificar el uniforme de los Winds para hacer uno igual al de los Jets. Namath finalmente declinó la oferta y, tras su negativa, la Liga Mundial quebró, ya que las televisiones perdieron interés en retransmitir este evento, al no contar con figuras relevantes.

Finalmente, en el ocaso de su carrera, Namath fue cortado por los Jets para que pudiera fichar en 1977 por Los Angeles Rams e intentar así revitalizar una carrera que caía en picado, por culpa de las numerosas lesiones, así como por el desordenado estilo de vida de Joe. Al comienzo, la cosa fue más o menos bien y los Rams comenzaron con un récord de 2-1. Pero una fría noche de lunes contra Chicago, Namath cuajó una actuación lamentable, y a partir de ahí ya no volvió a jugar. El equipo se metió en Play Offs y, en el primer partido contra Vikins, el quarterback Pat Haden realizó una mal primera mitad, lo que llevó a pensar al entrenador de los Rams en darle una oportunidad en la segunda mitad a Joe, ante la expectación de los seguidores. Finalmente, Namath no saltó al campo, y los Rams terminaron perdiendo y quedando eliminados. Joe anunció su retirada, tras una única temporada en Los Angeles.

Se ponía fin así, a una exitosa carrera de un jugador marcado por las graves lesiones de rodilla. Hasta cuatro veces tuvo que pasar por el quirófano para tratar de arreglar sus maltrechas articulaciones. Al descanso de muchos partidos, su rodilla derecha tenía que ser drenada. Años después de su retirada, Joe volvió a pasar por el quirófano para reparar nuevamente sus dos rodillas. Sin las lesiones, quién sabe dónde podría haber llevado a sus Jets.

En 1985, Namath entraba en el Hall of Fame de la NFL, a pesar de que sus estadísticas a lo largo de su carrera no fueron muy brillantes (apenas 50% de pases completados, un rating de 65,5 y 173 touchdowns por 220 intercepciones). Sin embargo, debido a su falta de movilidad por sus rodillas, fue uno de los precursores del cambio de estilo de juego en la NFL, intentando abrir más el campo, buscando pases más largos y reduciendo el número de carreras por partido. Uno de los más míticos entrenadores de fútbol, Don Shula, dijo que Joe es uno de los tres quarterbacks más inteligentes de todos los tiempos.

Tras su retirada, Joe probó suerte en el mundo de la actuación, interviniendo en alguna película y serie de televisión, así como presentando algún programa de televisión. También se dedicó durante un tiempo a comentar partidos de fútbol americano, pero sin mucho éxito. Posteriormente, publicó un libro en el que hablaba de sus problemas con el alcohol. Otro dato curioso es que su personaje apareció en un capítulo de Los Simpson.

Joe Namath

Bueno, os prometo que en próximos capítulos no me enrrollaré tanto. Espero que os haya gustado esta sección que hoy inauguro, nos vemos en el próximo episodio.

Fuente: Wikipedia.


estrellasolitaria

Soy un sufrido seguidor de los Cowboys que sigue viviendo de los tiempos pasados que fueron mejores que los actuales para mis vaqueros. El fútbol americano no es el único deporte que me gusta, ya que soy fan de casi cualquier deporte que exista.

5 Respuestas

  1. alejo dice:

    Hola estrellasoltaria, me ha encantado tu artículo, esa concisión y esa emoción, aún estoy temblando.
    Sigue así.

    • estrellasolitaria dice:

      Muchas gracias Alejo, es un gran placer y me da ánimos para seguir trabajando duro, el ver que el esfuerzo es recompensado y que le gusta a la gente.
      Espero seguir haciendo muchos más artículos que os gusten.
      Un saludo y de nuevo gracias por los ánimos.

  2. Enrique dice:

    Acabo de descubrir este blog y pinta muy bien. En concreto, este artículo es realmente bueno; me ha traído muy buenos recuerdoos y aunque nunca he sido un gran seguidor del futbol americano, si que me ha ido picando el gusanillo y me he ido acercando a este apasionante mundo a través de webs de aficionados como tu que habéis sabido transmitirme vuestra pasión por este deporte.
    Te animmo a que sigas ofreciéndonos tu visión y tus recuerdos para poder seguir profundizando en el conocimiento de este gran espectáculo.
    Un saludo.

    • estrellasolitaria dice:

      Gracias por los ánimos, se agradecen y esperamos seguir captando vuestro interés en los próximos artículos.
      Un saludo.

  3. Luis dice:

    Un gran conocimiento y mucha expresividad; un muy interesante artículo. Estaré atento a sus artículos.

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