Victory (Evasión o Victoria)

evasion o victoria

El gran John Huston dirigió, en 1981, este remedo de “La gran evasión” inspirado en un suceso real que tuvo lugar durante la II Guerra Mundial y que pasó a la historia como “El partido de la muerte”.

A pesar de los condicionantes de la misma: director genial, elenco de lujo y un guión basado en un hecho tan real como demencial, la película Evasión o Victoria no ha pasado a los anales del cine como un clásico aunque si tiene su mística.

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El episodio tuvo lugar durante la ocupación de la Alemania de Hitler de Ucrania, a pocos días de comenzar el Mundial de Brasil. Por aquel entonces Nikolai Trusevich –ex portero del Dinamo de Kiev- penaba sin rumbo en la más absoluta indigencia cuando fue descubierto por un hincha del equipo, Josef Kordik, un panadero que no dudó en darle un trabajo y ayudarle a fundar un club de futbol, el FC Start, que Nikolai integró con excompañeros. Los alemanes, viendo las precarias condiciones físicas y sanitarias de los soviéticos –malnutridos-, les invitaron a participar en una liga que habían creado frotándose las manos ante una oportunidad de oro para publicitar las dotes superiores de la raza aria y de paso humillar al país del que se habían adueñado por las armas.

Aunque los primeros encuentros parecieron darles la razón, pronto el Start comenzó a obtener buenos resultados llegando a obtener marcadores de escándalo ante equipos mucho más preparados y, sobre todo, mejor alimentados.

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A pesar de la censura ejercida por los nazis, los éxitos del equipo ucraniano trascendieron fronteras y pronto se convirtió en asunto de estado acabar con la resistencia de un equipo que iba camino de convertirse en un símbolo para todos los ciudadanos.

Se planeó una encerrona en forma de partido contra una selección de jugadores reclutados por la Luftwaffe y se fijó para el 9 de agosto de 1942, en el estadio Zenit. Para no dejar ni un detalle al azar, el árbitro elegido fue un oficial de las SS (seguro que imparcial), que aconsejó a los jugadores del Start que se dejaran ganar so pena de torturas. La respuesta fue contundente: se negaron a realizar el saludo nazi durante la presentación de los equipos.

A pesar de la violencia extrema con que se emplearon los alemanes desde el pitido inicial y a pesar de la complacencia del “colegiado”, el marcador reflejaba un 2-1 favorable a los panaderos al llegar al descanso. El gol nazi vino precedido de una patada en la cabeza a Trusevich que dio con sus huesos en el césped.

Pero el clímax llegó en el segundo período. Con un 5-3 en el marcador favorable a los ucranianos, Klimenko cogió el balón en su defensa, se fue de cuantos alemanes le salieron al paso incluido el portero y se detuvo en la línea de gol golpeando el balón hacia su propio campo mientras se reía de los nazis.

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Días después la Gestapo detuvo y torturó a la mayoría de jugadores del Start, algunos de ellos como Mykola Korotkykh morirían a manos de la policía secreta nazi. Los que sobrevivieron a las torturas fueron internados en el campo de concentración de Syrets, cerca de Kiev. Algunos murieron fusilados, como el portero Nikolai Trusevich pero tres consiguieron sobrevivir y contar su historia que sigue viva en los aledaños del estadio Lobanovsky donde una estatua rinde homenaje a los héroes del Start.

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En clave hollywoodiense llevó el gran John Huston –en el ocaso de su maravillosa carrera- esta historia que situó en un campo de concentración de la Francia ocupada por los nazis en la II Guerra Mundial, allí el mayor alemán Karl Von Steiner (Max Von Sydow) reta a John Colby (Michael Caine), capitán inglés que ha visto truncada su carrera de futbolista al ser reclutado y ejerce de líder de los prisioneros a un partido. Viendo una posibilidad de fugarse, Robert Hatch (Sylvester Stallone), un americano con pocas habilidades para el deporte rey, buscará ser admitido como masajista. Por imperativos de la misión, al lesionarse de “manera fortuita” el portero, Hatch tendrá que sustituirle.

Evasión o Victoria  navega a saltos entre el drama y la sátira, con momentos de bastante crudeza, como cuando aparecen en escena algunos de los jugadores que Colby recluta de otros campos de concentración y que llegan en una condiciones lamentables y otros simplemente delirantes como cuando Hatch le pregunta a Colby dónde tiene que situarse cuando los alemanes lancen un corner.

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El final es poco menos que increíble y desmerece un filme que, aun con todos sus fallos, no deja de ser entretenido y supone una oportunidad para ver a jugadores tan conocidos como Pelé, Bobby Moore, Osvaldo Artiles o Paul Van Himst.



pimendez

Hijo de la derrota y el alcohol, sobrino del dolor, primo hermano de la necesidad

1 respuesta

  1. cientifico_puro dice:

    Pues para mí sí que es un clásico. Buenísimo, desconocía la historia detrás de la peli.

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