Rafa Nadal, el emperador de París
Y desde ese 2005 en que debutaba en Roland Garros, el manacorí no ha parado de ganar y ganar en esa mítica ciudad, convirtiéndose en todo un ídolo de masas y metiéndose al público en el bolsillo gracias a su inagotable hambre de triunfo, su afán de superación y dejarlo todo en la pista, hasta el último aliento.