Realidad o espejismo en la imbatibilidad de Bengals, Eagles y Cardinals
Los resultados de la tercera semana de competición han reducido a tres el número de equipos invictos: dos en la Conferencia Nacional, Philadelphia Eagles y Arizona Cardinals, y uno en la Conferencia Americana, los Cincinnati Bengals. Cada uno protagonista de un escenario distinto, marcado por la calidad de los rivales, la capacidad de reacción y la pizca de suerte en los momentos clave.
Que nadie se deje engañar por los power rankings; los números no mienten, pero tampoco acaban de decir toda la verdad. Los invictos han estado más cerca de perder que de ganar algunos de sus encuentros. En algún caso solo la casualidad, cuando no la chiripa, ha evitado que algún miembro del triángulo no haya sido engullido por la igualdad que recorre toda la liga. Antes de entrar a analizar cada uno de los equipos que lucen el 3-0 debo confesar que soy de la opinión de que, a largo plazo o salvo en muy contadas excepciones, la cuestión de la imbatibilidad se vuelve contra tus propios intereses, pues provoca más atención al récord semana a semana que a la evolución del equipo sobre el campo de juego.
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Tigres de cartón piedra
Comenzando por el único 3-0 de la AFC, de los Bengals he oído y leído de todo en estos últimos días. Que si son los principales favoritos para la SB en la Americana, que si la división ya la tienen ganada… ¿fallos de memoria a corto-medio plazo, quizás? Que yo recuerde estos Bengals son los mismos que el año pasado se la volvieron a pegar en playoffs con el mismo HC que se pasea por la banda. Las tres victorias han sido contra los Titans y los Falcons en casa, y en Baltimore contra los Ravens, no precisamente el pasaje del terror. Me gustará verlos cuando vuelvan del bye week frente a los Pats, Panthers y Colts. Que sigan intentando pases con Sanu y recepciones con Dalton contra rivales de verdad y veremos qué pasa, ya veremos, ya.
Cierto que anotan mucho y que les anotan poco, cierto también que llevan una racha de victorias en casa considerable y que la baja de A.J. Green no ha sido una condena, pero a los hechos (experiencia estos años) me remito. No me produce mayor sorpresa ver los números de Gio Bernard y su buen funcionamiento tras la línea que protege a Dalton. No ha hecho más que confirmar lo mostrado la temporada pasada, que puede recibir y hacer mucho daño con las yardas after catch. La defensa, a pesar de las bajas, sí que ha estado a un nivel que responde al récord del equipo.
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Manejando la apisonadora
A estas alturas, el liderato en la NFC Este y el récord 3-0 de los Eagles sigue lo pronosticado. Aunque hay que reconocer que han sufrido más de lo que podía esperar. En su estreno Philadelphia tardó dos cuartos en darse cuenta de que la NFL había empezado. Luego de la más que probable bronca de Chip Kelly, les endosaron un parcial de 34-0 a los pobres Jaguars, y a pensar en otra cosa. Pero su visita a Indianápolis, y ser anfitriones contra los Redskins, ha sido muy distinto. Victorias sí, pero sufridas, por no decir agónicas. Aquí la cuestión es saber quién va a ser capaz de frenar la inercia anotadora de los Eagles (101 puntos en tres partidos) y plantearles un partido a baja anotación. Un test fiable será la visita al Levi’s Stadium contra unos irreconocibles y necesitados 49ers.
Tras el duelo divisional, marcado por la tensión, contra los Redskins se pueden extraer dos conclusiones: que la defensa de Eagles no va a aprovechar la cantidad de puntos que pone el ataque en el marcador y que Nick Foles es el QB que es porque en la banda está Chip Kelly. En descargo del QB es de justicia recordar que la línea no cuenta con algunos titulares: Lane Johnson o Evan Mathis, por ejemplo. La incorporación de Darren Sproles les permite una mayor variedad en el pase corto, además de aprovechar en la carrera la merecida atención que las defensas rivales dedican a LeSean McCoy.
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El Cardinal pesca en río revuelto
Eficiencia, minimizar riesgos y a esperar que los favoritos se partan la cara entre sí. Esas son las tres reglas que los Cardinals siguen al dedillo para colocarse al frente de las NFC Oeste, no sin sufrir lo suyo. Si a eso sumas que los 49ers se han vuelto predecibles, que los Rams no tienen más de lo que ponen en el campo y que los Seahawks han sufrido la tormenta perfecta en San Diego, como resultado tienes a los Cardinals mirando por el retrovisor a la competencia. Los “odiadores” de Bruce Arians se estarán removiendo en su escondrijo, alertados para saltar oportunistas en el momento que Arizona pierda su primer partido para gritar a los cuatro vientos y señalando con el dedo: ¡te lo dije! Pues… de momento, que sigan escondidos.
Leyendo los apuntes de pretemporada sobre Arizona se subrayaba la pérdida de hombres claves en el esquema defensivo como Daryl Washington y Carlos Dansby, junto a las lesiones de Darnell Dockett y John Abraham. El DC ha tenido que echar mano de la imaginación y poner sobre el campo esquemas de cuatro safeties y aumentar la presión ante la pérdida de tanto pass rush. No deja de ser un parche, una propuesta arriesgada difícil de mantener en los duelos divisionales que les esperan. Por su parte, la baja de Palmer la ha cubierto sin cometer muchos errores Drew Stanton, que en su primer partido estuvo nefasto en el porcentaje de completos, pero que ante San Francisco lanzó para casi 250 yardas, conectando dos pases para touchdown. Un reemplazo al que se le exige aplicar el play call, no complicarse, no vestirse de héroe y, en caso de duda, lanzarla a la banda.
La casualidad ha querido que los Bengals y Cardinals sean de los primeros en rotar por la semana de bye lo que, si los 49ers no lo remedian, puede dejar a los Eagles como el primer equipo con el 4-0. Pero eso ya es asunto para la semana que viene.