¿Cómo les va a los QB rookies en la temporada NFL?

Después de cinco jornadas, el mismo número de QBs rookies han tenido la oportunidad de estrenarse en la NFL. Siguiendo con la tendencia de los últimos años, los QBs rookies elegidos en las primeras rondas, cada vez tienen que esperar menos tiempo para empezar un partido como titular. Nada menos que nueve de los QBs seleccionados en la primera ronda de los drafts entre 2011 y 2013 han jugado más de cinco partidos como titulares en su años de novato. De lo que llevamos de 2014, dos de los tres QBs de primera ronda ya han sido designados titulares en la semana 4. De los que hablaremos a continuación, todos han jugado al menos un snap. Si bien, establecer una comparativa entre ellos no deja de ser engañoso, pues cada uno vive una situación muy concreta dentro de sus respectivos equipos.

Blake Bortles – Jackonville Jaguars

En Jacksonville el pésimo comienzo de temporada ha abierto las puertas de la titularidad a Bortles. La opinión pública se debatía entre los partidarios de sentar a Bortles toda la temporada dadas las pocas alegrías que se esperaban en el equipo, y los que basándose en esto mismo reclamaban su titularidad ya en la semana 1. Desde la franquicia se cansaron en decir que el QB no jugaría esta temporada pero las circunstancias les han obligado a desdecirse. Sus números no son para tirar cohetes, si bien los jugadores que le protegen y, sobre todo, a los que puede lanzar el balón, tampoco son nada del otro mundo, por no decir que son lamentables. Su gran problema: los turnovers. Dos intercepciones por partido en lo que lleva de titular.

Teddy Bridgewater – Minnesota Vikings

La gran esperanza de los Vikings tiene nombre y apellidos: Teddy Brigdewater. Con Adrian Peterson fuera hasta nuevo aviso, y quién sabe si para siempre, la temporada en Minnesota, lejos de aspiraciones mayores, se ha convertido en un año de transición para acabar de pulir al QB novato. A estas alturas aún nadie ha salido a explicar por qué los Vikings malgastaron dos partidos con Matt Cassel. En su debut contra los Saints, desde la banda decidieron limitar sus jugadas, circunstancia que se relajó a la semana siguiente. En el caso de Bridgewater son importantes las sensaciones; por primera vez en años, los jugadores de los Vikings saben que tienen como QB a uno que les puede ayudar a hacer jugadas y eso se vio en la victoria contra Atlanta. Sin contar con las propias sensaciones que Teddy trasmite desde la posición, anticipándose a la presión, remontando el pocket, ganando yardas con la carrera… Nada que haya demostrado en estos años ni Cassel, ni mucho menos, ese inmenso draft bust llamado Christian Ponder.

Derek Carr – Oakland Raiders

De los cinco, es el único que ha empezado como titular desde la semana 1. Carr ha completado cuatro partidos y medio debido a una lesión de la que se espera esté recuperado después de la semana de bye. La verdad es que nada en los Raiders se escapa de la mediocridad, y la actuación de Carr no es una excepción. Pero no seamos ingenuos al pensar que se puede analizar a un QB rookie en esta situación y, sobre todo, con el personal que le rodea, tanto en la línea como en las skills positions. El despido de Dennis Allen, seguido de la designación de Sparano como entrenador interino no favorece a la evolución del QB, que por otra parte parece tener garantizada, salvo catástrofe o una injusta decisión, su titularidad en la semana 6. Y es que detrás tiene a Matt McGloin que justificó ante los Dolphins el porqué es el tercer QB del equipo, y Matt Shaub que ni siguiera viajó con el equipo a Londres.

Johnny Manziel – Cleveland Browns

Mientras la burbuja mediática se desinfla se podría decir que la participación de Manziel no pasa de anecdótica. Es gracioso que desde la franquicia se hayan dedicado a negar que existan paquetes de jugada específicos para Manziel cuando es efectivamente lo que se manda desde la banda cuando pisa el campo. Mientras Hoyer siga en este nivel, ni excelente ni penoso, las opciones de Manziel se reducen a una hipotética lesión del titular. No creo que Hoyer sea mejor ni peor QB que Manziel, pero se la ha ganado. Desde los training camps hasta los partidos de pretemporada.

Jimmy Garoppolo – New England Patriots

Había dos escenarios posibles para que Garoppolo sumase minutos en los que va de temporada: que los Patriots finiquitasen un partido por la vía rápida y Jimmy jugase los minutos de la basura, o la posibilidad, más remota, de que los Patriots tuviesen que sentar a Brady. Sobre el debate, para mí absurdo, sobre Brady no me voy ni a detener. Aquí nos interesan los daños colaterales, pues, de una manera o de otra se está hablando de Garoppolo. Hay que tener cuidado al valorar lo poco que nos ha dejado ver el QB en la semana 4. Cierto que jugó bien y lanzó dos TD de pase pero… ¿contra quién? ¿en qué momento? ¿con qué tensión en los defensas rivales? Además, me da la sensación que, aunque lo intente evitar, va a estar en el medio de la controversia con el debate sobre Brady, siendo utilizado por cada bando en favor o en contra de sus intereses. Para su desgracia, si esto llega a darse, su evolución como jugador en el ámbito deportivo pasará a un segundo plano.

Por último, me parece de justicia mencionar, al menos, a otros dos QB del pasado draft: Logan Thomas y Zach Mettenberger. Ambos salieron en rondas inferiores a la segunda pero, por un motivo u otro, han pisado el campo en lo que va de temporada. En el caso de Logan Thomas, la lesión de Carson Palmer y la conmoción de Drew Stanton, obligaron al staff a sacar a Thomas en un partido sin mucha historia. Su único pase completo fue un TD. Por otro lado, Mettenberger también se ha beneficiado de la lesión de Jake Locker. En la semana 4, en un partido decidido, Ken Whisenhunt sentó al amigo Charlie Whitehurst para darle la oportunidad de estrenarse al antiguo QB de LSU.

Logan Thomas – Arizona Cardinals

Zach Mettenberger – Tennessee Titans