Taunting call: Super Bowl XLVIII Edition
La Super Bowl siempre deja víctimas. Este año más que nunca, no ha habido misericordia para con los perdedores. No hace falta estrujarse mucho las neuronas para averiguar quién ha sido el blanco de todas las críticas. Pero basta de análisis; que los Broncos fueron humillados en la Super Bowl es un hecho, quién sabe quizás, si su ataque se hubiese presentado al partido nos habríamos quedado sin las muestras de originalidad que nos regala – prefiero pensar en términos de creatividad y no de revanchismo – la buena gente de la red.
Ya viene siendo habitual que en la semana previa, sin nada más que hacer que especular sobre si el partido va a ser de esta manera o si el ataque de tal equipo va a verse superado por la defensa de este otro, los programas se ven obligados a rellenar con lo que sea. En ocasiones, el resultado es un poco desconcertante, en otras… simplemente lamentable.
Parece que la tontería se ha convertido en algo global. Estoy convencido que a más de uno le ha entrado la risa.
http://www.youtube.com/watch?v=TS6K4IkQTuw
Por cierto, es cierto eso que dicen de la gente con dinero y la excentricidad.
El ataque de los Broncos nos dejó una actuación para el recuerdo, por ello, las mentes más brillantes no han podido dejar de reconocer su inestimable actuación. En nombre de todos, os damos las gracias por hacernos pasar tan buenos momentos.
Pero no quitemos protagonismo al man of the hour: MVP, leyenda viva y grande donde los haya. Desde aquí, nuestro humilde homenaje.
Ah sí, creo que anduvo por allí Bruno Mars con unos señores que aparentaban no pasar frío. Aún no he entendido muy bien qué buscaba la NFL con este plantel sobre el escenario, pero al menos no provocaron vergüenza ajena – un saludo Tom Petty. Yo personalmente, al igual que mi séquito de acólitos «footballísticos», ocupamos el halftime para actividades de intendencia; rellenado y descarga de contenido líquido/etílico corporal, principalmente.
http://www.youtube.com/watch?v=SF7ZGAmCGlc
Pero a Seattle lo que es de Seattle – si se me permite la analogía. Ganaron; o mejor dicho: machacaron. Merecido homenaje les debemos. Como cada año, a nosotros – pobres aficionados imparciales – solo nos queda ver con envidia cómo un equipo/ciudad/estado festeja mientras llenamos la cantimplora, aplicamos crema solar factor +150 y buscamos un sendero propicio para atravesar la larga travesía por el desierto que se nos viene por delante.